El trabajo por rincones es una propuesta metodológica que hace posible la participación activa de los niños y las niñas en el aula, los cuales son los principales protagonistas de su aprendizaje.

La temática se presenta de una forma lúdica y motivadora que la llevan a cabo los propios alumnos y alumnas. Nuestro papel como docentes es planificar y explicar las actividades y actuar como supervisores de cómo se van desarrollando las mismas, que se realicen correctamente e incentivar y motivar a los alumnos/as para que participen en todos los rincones ayudándoles si fuera necesario. El trabajo del docente es primordial porque requiere una buena preparación para planificar las actividades así como los  materiales y objetivos que queremos alcanzar.

La organización espacial de los rincones tiene una gran influencia sobre los proceso de enseñanza-aprendizaje y es importante tener bien definida dicha organización. Esta organización del aula en pequeños grupos nos permite realizar una tarea determinada y diferente, y favorece el que se pueda atender  mejor al alumnado de forma individualizada. Cada rincón debe estar bien delimitado y  tener un espacio fijo y bien señalizado para que los niños/as reconozcan cuál es el espacio que ocupa dicho rincón.

Para que el alumnado aprenda a organizarse y para saber cuándo termina la actividad, se les marca un tiempo. Aunque  las actividades están programadas para que se puedan llevar a cabo en el tiempo establecido, éste no tiene que ser extremadamente rígido y debe permitirnos respetar el ritmo de cada uno de nuestros/as alumno/as. El tiempo está pensado para que todos los participantes puedan rotar por cada uno de los rincones.

El material que se utiliza tiene que estar a su alcance y que sea fácil de utilizar para favorecer su autonomía a la hora de trabajar, también tiene que estar bien organizado con distintos niveles de dificultad para atender a los distintos ritmos de aprendizaje de nuestros alumnos/as.

Cada rincón tiene que tener unas normas consensuadas, claras y fijas que se van repitiendo el tiempo necesario para que las interioricen desde que empiezan en 3 años. Es importante que al terminar la actividad propuesta el rincón quede ordenado para que los sucesivos alumnos/as que vayan a trabajar tengan el rincón ordenado con el material recogido.

En nuestras clases de infantil tenemos distribuidos estos cuatro rincones:

  • Rincón artístico: Debe estar situado en un lugar amplio de la clase que favorezca su desarrollo y a ser posible que esté cerca del baño para poder limpiar los materiales que se utilizan. En este rincón lo importante es potenciar al máximo la creatividad y la expresión de los niños/as.
  • Rincón lógico–matemático: En este espacio se manipula, se realizan actividades y se aprende matemáticas de forma atractiva divertida y estimulante.
  • Rincón de lectoescritura: Es el rincón más recogido de la clase. En él podemos encontrar la biblioteca de la clase, donde hay cuentos, marionetas, siluetas y dibujos de personajes de cuentos. Aquí los niños/as miran o leen cuentos, dependiendo de la edad, realizan dramatizaciones de cuentos conocidos o inventados, se puede trabajar la comprensión lectora de un cuento,…
  • Rincón del juego simbólico: Debe situarse en un lugar amplio, que tenga un espejo para que puedan observarse, jugar, hablar,…Este rincón desarrolla la capacidad de comunicarse de diferentes formas verbales y no verbales. Vivir la fantasía y la realidad. Representar roles semejantes a los del adulto, expresar sentimientos e ideas.  

Los alumno/as de 5 años como ya tienen adquirido el funcionamiento de los rincones y son más autónomos para realizar todas las actividades así como para organizarse en los mismos, al finalizar la semana, realizan una evaluación del trabajo de los rincones, evalúan si les han gustado, si han respetado a sus compañero/as, si han cuidado del material, si han terminado las actividades propuestas… Esta evaluación le permite al docente saber si está programando actividades motivadoras para sus alumnos/as, si las actividades se adecúan al tiempo establecido, cómo actúan los niños/as,… Y también permite a los alumnos/as ser críticos, opinar sobre lo que les gusta, ser sinceros/as y conscientes de cómo es su conducta ante los demás y el material.

En definitiva el trabajo por rincones nos permite conseguir una participación activa por parte del alumnado, educar en el respeto y la ayuda, además de fomentar la autonomía, la creatividad y la imaginación. También nos permite a los docentes valorar si se han conseguido los objetivos propuestos.

Y lo más importante  y gratificante como docente es que nuestros/as alumnos/as disfruten aprendiendo.

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