Cuando echo la vista atrás y pienso en mis primeros años como profesor, allí por el año 2000, las nuevas tecnologías no “acechaban” la labor del docente, en el sentido de buscar la manera de sustituir nuestra función por nuevas aplicaciones que presuponían enseñaban mejor, o al menos, mejoraban lo presente.

Siempre pensé que debía haber un término medio que mejorara nuestra labor, que nos hiciera más funcionales en el aula, y que aunara practicidad y digitalización.

Así comenzó mi relación con la “flipped classroom” o la clase al revés. No llega a ser una metodología en sí como el aprendizaje cooperativo o el aprendizaje basado en proyectos, pero puede ser una gran ayuda a la hora de presentar nuevos contenidos a nuestros alumnos.

La idea es la siguiente: lanzamos un video a través de una aplicación web (en mi caso Edpuzzle) donde vamos insertando preguntas que nos muestran si el alumno va comprendiendo la explicación. Al mismo tiempo arroja información sobre el número de veces que lo ha visto, si ha contestado correctamente a las preguntas y el tiempo que ha tardado. En la mayor parte de las veces este trabajo se deja para que los alumnos lo realicen en casa, fuera de las cuatro paredes del aula. Es como si dijéramos una “sustitución” de la explicación del profesor hecha en clase, por lo que cuando el alumno llega al aula al día siguiente, ya cuenta con unos conocimientos que le harán tener éxito en las actividades propuestas para ese día: suena bien ¿verdad?

El caso es que una vez que lo empecé a implantar me di cuenta que no era tan fácil: había que hacer una verdadera curación (elección) de contenidos de webs como Youtube o incluso crear yo mismo los videos para llegar a ofrecer al alumno y a mí mismo una experiencia que nos dejara satisfechos por igual.

Una vez resuelto este problema todo es más sencillo: el alumno llega al aula con el contenido aprendido ya que se ha familiarizado con la información que te ofrece la web (en cuanto a preguntas correctas y comprensión del contenido) y es el momento en que tú puedes establecer distintos niveles de trabajo teniendo en cuenta las necesidades de cada uno. Sería un trabajo de estaciones, donde en una de ellas estarían por un lado, los que han demostrado que han entendido todos los contenidos, otra para aquellos que han tenido alguna dificultad y una más para los que no lo han visto por distintos motivos. Todo dentro del mismo aula y buscando su autonomía, para en conclusión, conseguir una comprensión mucho más profunda, efectiva y motivadora.

En esta era digital donde hay una gran cantidad de información que llega a nuestros alumnos en forma de videos y a través de medios digitales, no podemos mirar hacia otro lado y no subirnos a este carro con ellos: ¿de verdad no quieres hacer que “flippeen”?

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